Estaba yo en mis cosas y he tenido una revelación... y quiero compartirla al mundo.

Me di cuenta que nos enseñaron (y sí, lo aprendimos de alguien o en algún lugar. No es genético) el ARTE DE ACOSTUMBRARSE.

- Nos acostumbramos al jefe
- Nos acostumbramos a la familia
- Nos acostumbramos al mal humor del vecino
- Nos acostumbramos a comer mal
- Nos acostumbramos a callar
- Nos acostumbramos al dolor (y/o lo ignoramos)
- Nos acostumbramos... largo etcétera...

Y... dejamos de saber quién somos, qué nos conviene, qué nos gusta de verdad, qué es lo que realmente nos apetece hacer...

Y nos limitamos a “obedecer” y a seguir en piloto automático sin tenernos en cuenta, porque no sabemos cómo hacerlo porque no tuvimos la oportunidad de aprenderlo.

Peeeeero... la BUENA NOTICIA (siempre la hay) es que podemos aprender. Es una capacidad que tenemos innata (eso sí que lo tenemos en los genes).

Y ¿para qué debería hacerlo?... te preguntarás...

- Para dejar de enfermar
- Para subir tu autoestima
- Para vivir en plenitud y conectado con tu Ser real
- Para sentirte mejor
- Y otro largo etcétera...

Nunca es tarde y ahora, justo ahora, es el momento de empezar.

Namaste